Clinica Guillermo Rubio

La prueba viviente que para ser un excelente profesional, no se necesita ser serio ni gruñón. Cuentero como pocos y muchas veces las carcajadas causadas por sus cuentos, han hecho que no se pueda continuar con las citas. Visualiza y después hace. La conexión entre ojos y manos que tiene, da como resultado su arte. Si el paciente no esta satisfecho, él tampoco lo está. Obsesionado con los detalles y enamorado de su profesión. Disfrutar el momento del resultado del tratamiento es su mayor satisfacción.

Hermosa y delicada. El alma de nuestra clínica. Nunca hubo una implantóloga tan hermosa en la faz de la tierra. Habla y habla con los pacientes, y sus carcajadas se escuchan en toda la clínica. Les advierte( sin necesidad) que su esposo, siempre está mamando gallo y que no le hagan caso. Sus cirugías son lentas pero seguras y hace el equipo perfecto con el Dr Rubio, para crear un ambiente tranquilo y alegre, perfecto para liberar el stress que produce visitarnos.

Nuestras piernas y pulmón. Tiene todo listo y organizado para que podamos funcionar a nivel odontológico. No se cansa nunca y está siempre dispuesta. Ha oído los mismos cuentos del doctor una y otra vez y se sigue riendo. La clínica funciona como un reloj, por ella. Le encanta la música de plancha.

Nuestra recpecionista. La cara amable. La sonrisa que los recibe al entrar a nuestra casa. La que soluciona todo. La que les consigue y les recuerda las citas, el transporte. La que cuenta la platica... y la cobra también. La que organiza...en fin, es la mente y la memoria de nuestra clínica, sin ella todo sería un caos.